Wolfango Montes, cuenta la historia de Jonas y la ballena rosada. En esta obra retrata a Patroclo del Paso y Troncoso, exitoso empresario cruceño de los ochenta. Época en la que el narcotráfico, la especulación y la inflación hacian su agosto. Pese a que no la pasaba mal, Jonas cuenta que pasaba el día quejandose, decía que era una tortura comprar carne puesto que las largas filas lo mortificaban, cuando la verdad era muy distinta, pues uno de los más florecientes negocios de Patroclo era el comercio en el mercado negro de carne. Es decir se dedicaba a la especulación.
Pensaba en esto porque me recuerda a la actitud del empresariado boliviano, con honrosas excepciones sin duda, que ha vivido del Estado durante más de 40 años, pero que casi siempre indica que el Estado es negativo en la economía boliviana, que por culpa de su intervención las empresas privadas no crecen, en fin, es el culpable de casi todos los males nacionales. Cuando lo cierto es que los más grandes negocios florecen a la sombre del Estado. Vayan algunos ejemplos. Las más grandes constructoras tienen sus principales negocios con el Estado. La diversidad de consultoras realizan servicios al Estado. El agro cruceño se sostiene gracias a la subvención al diesel que realiza el Estado y así podriamos seguir al infinito describiendo porque es tan interesante hacer negocios con el Gobierno.
Yo creo que la crítica va por otro lado. En realidad no va tanto por pensar que la intervención estatal es negativa, más bien va por considerar que "está mal orientada". De ahi que para gente al estilo de Samuel Doria Medina, sea mejor eliminar los bonos ya que es más saludable que ese dinero se dirija a las inversiones que por supuesto beneficiará a.... ¿Adivinen quienes?
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Jaime Durán Chuquimia
Cel. +591 73002685
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