viernes, 14 de mayo de 2010

El talon de Aquiles del Gobierno

Para decirlo en una palabra: Economía. Ese el talón de Aquiles de la actual Administración.
Se dice que en la historia de Troya, Aquiles era invencible, pero tenía un punto débil: Su talón. Y fue su perdición.
Los datos actuales no muestran que vayamos camino a la perdición. El año 2009 el producto creción en 3,5%, las reservas internacionales llegaron a 8.500 millones de dólares, el inflación fue cercana a cero y el desempleo fue de 7%. Nada mal para ser un año de crisis mundial.
Entonces ¿Por qué tanta preocupación?
Porque la inversión no crece. Esa se mantiene en 12% del PIB. Para crecer se requiere que dicha proporción sea del 25%.
En este punto los economistas gustan sacar del sombrero la vieja idea de que todo es culpa de la "inseguridad juridica". Y dado que nos encontramos ante nacionalizaciones suelen decir que por ese camino se hundirá la economía.
Lo cierto es que esa es una respuesta fácil cuyo horizonte es de corto vuelo. En las épocas del crudo neoliberalismo creció la inversión, pero sólo en actividades extractivas: Hidrocarburos y minería. De hecho, en el resto de los sectores la tasa de inversión fue menor que en la época actual.
Desde mi punto de vista los recursos naturales deben estar en manos del Estado, no sólo por un criterio económico sino político. Salvo que se crea como Fernando Molina que los recursos naturales son "una maldición" y lo mejor que se puede hacer con ellos es regalarlos. A las transnacionales sólo falta decir.
De lo señalado se desprende que un primer conjunto de problemas se desprende de la gestión de los recursos naturales. Hasta el momento la Administración Morales no ha demostrado pericia en este ambito. YPFB no se levanta y los recientes problemas con el Mutún muestran que no se tiene la figura clara.
Fuera de los recursos naturales, las cosas no van mejor, no existen incentivos para la inversión privada y no se han formado las alianzas que impulsen un mayor desarrollo.
Se debe tener cuidado con la política económica, pues debe recordarse que al frente los partidarios del neoliberalismo están esperando que el proceso se hunda para mostrar ante los ojos de las masas que sólo ellos saben gobernar.
Por tal motivo urge reorientar la política productiva del país.