"Sagrada arrogancia" es una novela escrita por el sicólogo Wolfango Montes. Este autor se hizo famoso por "Jonas y la ballena rosada".
En la contra tapa se puede leer lo que quizás sea el resumen de la obra:
En la contra tapa se puede leer lo que quizás sea el resumen de la obra:
En un ambiente hipócrita, Ismael descubre la sordidez de un mundo aún más oscuro y mediocre que el suyo. Él es un antihéroe, como lo son otros personajes de Wolfango Montes, que encuentra en la escritura la manera de canalizar sus frustraciones y apuestas.No es, definitivamente, una novela que nos hable del mundo ideal. De hecho, tiene la virtud de mostrar la hipócresia de una sociedad como la sucrense, pero que mutatis mutandi bien podría entenderse como cualquier lugar de Bolivia.

Huelga decir que tan pequeño detalle hará que las situaciones presentadas en el libro sean de lo más pintorescas.
Hay una en especial que me llamó la atención de la variedad que presenta el antihéroe:
"-Además, ese pobre de Pelayo es incapaz de enamorarse te digo. Es apenas la cáscara de un hombre. No sobra en su interior espacio para otro sentimiento, debes entender que él ama a mi tía, o por lo menos le teme mucho, que es peor que amor... De todos modos, no podemos negar la convicción religiosa de mi tía, existen sacerdotes que creen que ella es una iluminada.Y así Montes va desmontando las ideas relacionadas a la aristocracia, que como se sabe se basan únicamente en las creencias de los ingenuos. De los que por ejemplo consideran que un apellido conforma el linaje o que existen rasgos predeterminados que establecen la superioridad de algunos grupos sobre otros.
Más iluminadas son mis bolas, pensé. En mi boca se agolpaban los argumentos para comprobar que estaba equivocado, pero me callé, no deseaba prolongar el debate."

Como se ve la forma de maniobrar a la gente es clara. De hecho, pocos pueden sostener la mirada al sol porque su brillo daña a los ojos. Y aún si uno toma la decisión de hacerlo el pequeño problema es que el sol es mudo. No dice absolutamente nada, como son todas las conversaciones con cualquier Dios. O si se quiere ver de otra forma a Dios se le puede hacer decir cualquier cosa.
Como en aquellas ocasiones en que George Busch tenía línea directa con el creador para consultarle el destino de la guerra.
"Sagrada arrogancia" está llena de estos guiños. Para los irreverentes este casi es un manual para entender el mundo y reírse de él.
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