Por: Alberto Bonadona Cossio
En un desafiante artículo, mi buen amigo y colega Jaime Durán, habla de una deuda ficticia del TGN. Lo primero que se me ocurrió pensar es el título de esta columna porque, al fin de cuentas si debes algo lo debes y punto. Lo cierto es que no es tan simple porque el tema central es que las economías actuales, incluso una pobre y atrasada como Bolivia, vive mayoritariamente en una economía de papel. Y como todos saben “el papel aguanta todo”.
Si me presto en dólares y me cobran en bolivianos después de una sustancial apreciación de la moneda nacional, mi deuda habrá crecido por un “efecto papel”. Esto es, se manipuló el boliviano para que aumente su precio o tipo de cambio respecto al dólar en función de una determinación del Ministerio de Economía y el BCB. Pudo ser en sentido contrario y la deuda que me cobrarán en bolivianos hubiera disminuido. No se entendería este ejemplo en los años 70 u 80 simplemente porque en esa época los papeles multicolores de la moneda nacional se depreciaban con “paquetazos” y todos buscaban los billetes verdes para mantener en algo el poder adquisitivo del sueldo.
Se dirá con insistencia que la mejor política hoy..... (Leer más)
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