sábado, 23 de mayo de 2009

El final de los amigos de Tuto

Septiembre de 2005: En un oscuro local de la C. Mariscal Santa Cruz (La Paz) se reúne lo que queda de Acción Democrática Nacionalista (ADN), por supuesto, no están los líderes históricos como Guillermo Fortun o Walter Guiteras, sólo quedan los tiernos herederos, esos oscuros personajillos que ocuparon algún puesto entre 1997 y 2002 a la sombra del General Bánzer y que ante el desbande generalizado creen ser los dignos representantes de ADN. Se espera la llegada de Jorge Quiroga, pero éste nunca aparece. Amargas han sido las últimas semanas en las que les dijo que él no quería tener nada que ver con ADN. Claro, tras la hecatombe de Octubre de 2003, nadie quiere tener nada que ver con los partidos tradicionales. Amarga ha sido la última reunión en la que Tuto les dijo que podían hacer campaña por él, pero no con los colores de ADN, sino exclusivamente con el rojo. Tampoco podían llevar su propia sigla. Así esta reunión se lleva con banderas rojas, y en grandes letras se lee el nombre de la singular asociación "Amigos de Tuto" cuya sigla es ADT, que se parece en algo a ADN, así los adenistas tratan de rescatar algo de lo que fue su partido.

Marzo de 2008: Carlos Hugo Molina encuentra a Jorge Quiroga en un seminario en Colombia. Allí Tuto le comenta al analista su última gran revelación divina, ha descubierto que el proyecto regional autonómico no tiene futuro, pero además le confiesa algo que ha estado rondando por su cabeza y que ahora es su gran temor: La oposición tiene cara regional y peligrosamente se acerca a Carlos Mesa. Podemos, su partido, ya no era más el referente de la oposición y eso, de confirmarse, se traduciría en votos en la siguiente elección. Así que es ahí donde decide que había que patear el tablero y aprobar el referéndum revocatorio. Sabía que no había posibilidad de que Evo sea revocado, pero guardaba la esperanza que la oposición se alinee tras Podemos, que la agrupación vuelva a ser el referente de la oposición al Gobierno y así cerrarle el camino a Mesa. Seguro que caerían algunos prefectos, pero bien merecido lo tendrían, al fin y al cabo, Pepe Lucho –prefecto de La Paz – nunca fue verdaderamente podemista, y el Bombon Reyes Villa ni siquiera pertenecía al partido. ¿Qué podía fallar?

Julio de 2008: Podemos presenta un desesperado proyecto de Ley mediante el que se cambian las reglas de una convocatoria que ellos mismos aprobaron. Nadie les cree. Ya han sido declarados traidores por los cívicos, los Prefectos no desean ni verlos. Llobet los llama seguidores de Judas, vendidos y los invita a quitarse la careta y declararse abiertamente oficialistas. Malos tiempos en verdad estos. Es que todo ha salido mal. Las reglas del referéndum son claramente ventajosas para el Gobierno, y se ve con claridad que los prefectos de La Paz y Cochabamba serán cruelmente ejecutados, pero no solo eso, sino que el tarijeño Cossío y el pandino Fernández podrían verse en la cuerda floja. Para variar el vigoroso Consejo Nacional Democrático (CONALDE) ha caído en desmedro tras una fabulosa declaración en la que los prefectos se negaban a ir al referéndum. Mientras tanto el Movimiento al Socialismo (MAS) se solaza en la desgracia ajena, ante la crítica su formula es sencilla: "Si tan malas son las reglas ¿Por qué las aprobaron?". Ante tan contundente pregunta, el Senador Ortiz sólo sabe titubear y repite como letanía que lo hicieron para frenar el avance de la nueva constitución, algo que ya nadie cree porque dicho proceso está frenado, no tanto, por las brillantes acciones podemistas, sino por las chamboneadas del partido gobernante.

Otros que se solazan con el vaivén de Tuto, son sus ex – amigos, repiten sin cesar que esta es la prueba divina de la justicia, pues el tiempo se ha encargado de castigar la soberbia de un líder que no supo apreciar al partido que lo vio nacer, que lo cobijo y que lo llevo a donde está.

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